El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, incluido en su libro «Así en la paz como en la guerra», es un relato que nos lleva a través de las calles de La Habana y nos muestra la vida de sus habitantes. En este artículo se realizará un análisis literario de dicho cuento, explorando su estructura, los personajes y su relación con la ciudad de La Habana. Se examinará cómo Cabrera Infante utiliza la literatura para retratar la realidad social y política de la Cuba de los años 60.
Contexto histórico y social de La Habana en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», nos transporta a una época en la que la ciudad de La Habana era un crisol de culturas y una de las ciudades más vibrantes de América Latina. El cuento está ambientado en la década de 1950, justo antes de la Revolución Cubana, y nos muestra una ciudad llena de contrastes y contradicciones.
Por un lado, La Habana era una ciudad cosmopolita, con una gran cantidad de turistas y visitantes extranjeros que llegaban atraídos por su belleza y su rica historia. Por otro lado, la ciudad también estaba marcada por la pobreza y la desigualdad social, con barrios marginales donde la gente vivía en condiciones precarias.
El cuento de Cabrera Infante nos muestra esta dualidad de La Habana a través de la mirada de un niño que recorre la ciudad en compañía de su padre. A medida que van caminando por las calles de la ciudad, el niño va descubriendo los diferentes rostros de La Habana: desde los lujosos hoteles y restaurantes hasta los barrios más humildes y olvidados.
En definitiva, el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante nos ofrece una visión única de La Habana en la década de 1950, una ciudad llena de vida y contrastes que se convierte en un personaje más de la historia.
Análisis del lenguaje y la narrativa en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», es una obra maestra de la literatura que nos lleva a través de un viaje nostálgico por la ciudad de La Habana. El autor utiliza un lenguaje poético y evocador para describir los lugares y las personas que habitan en la ciudad, creando una atmósfera mágica y melancólica que nos transporta a otra época.
La narrativa del cuento es compleja y está construida en varias capas, lo que hace que la lectura sea fascinante y desafiante al mismo tiempo. El autor utiliza una técnica de narración no lineal, saltando de un momento a otro en la vida del protagonista, lo que nos permite conocer su historia de manera fragmentada pero profunda.
Además, el uso de la primera persona en la narración nos acerca aún más al protagonista y nos permite sentir su dolor y su nostalgia por la ciudad que alguna vez amó. El autor también utiliza una gran cantidad de referencias culturales y literarias, lo que hace que la lectura sea aún más enriquecedora y compleja.
En resumen, el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante es una obra maestra de la literatura que utiliza un lenguaje poético y evocador para transportarnos a través de un viaje nostálgico por la ciudad de La Habana. La narrativa compleja y la técnica de narración no lineal hacen que la lectura sea fascinante y desafiante al mismo tiempo, y las referencias culturales y literarias enriquecen aún más la experiencia de lectura.
Los personajes principales en el cuento IV y su relación con La Habana
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, los personajes principales tienen una relación muy estrecha con La Habana. El protagonista, un joven llamado Juan, es un habanero de pura cepa que conoce cada rincón de la ciudad. Él es el encargado de llevar a su amigo extranjero, el señor Smith, a conocer los lugares más emblemáticos de La Habana.
A medida que avanzan por la ciudad, Juan va describiendo con detalle cada uno de los lugares que visitan, desde el Malecón hasta el Capitolio. A través de sus ojos, el lector puede sentir la atmósfera única de La Habana, con sus calles estrechas, sus edificios coloniales y su gente bulliciosa.
Por su parte, el señor Smith es un personaje extranjero que llega a La Habana con una visión muy diferente de la ciudad. Él ve a La Habana como un lugar exótico y misterioso, lleno de secretos por descubrir. Sin embargo, a medida que avanza la historia, el señor Smith comienza a comprender la complejidad de la ciudad y su historia.
En definitiva, los personajes principales del cuento IV de Guillermo Cabrera Infante tienen una relación muy estrecha con La Habana. A través de sus ojos, el lector puede explorar la ciudad y descubrir sus secretos más profundos.
La Habana como personaje en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, La Habana se convierte en un personaje más de la historia. La ciudad es descrita con gran detalle, desde sus calles y edificios hasta su atmósfera y su gente. La Habana es presentada como una ciudad vibrante y llena de vida, pero también como una ciudad llena de contrastes y contradicciones. Por un lado, se muestra la belleza de sus edificios coloniales y su rica historia cultural, pero por otro lado, se muestra la pobreza y la desigualdad que existen en la ciudad. En este sentido, La Habana se convierte en un personaje complejo y multifacético, que refleja las contradicciones y los desafíos de la sociedad cubana en su conjunto. A través de su descripción detallada de la ciudad, Cabrera Infante nos invita a explorar La Habana como un personaje más de su historia, y a reflexionar sobre las complejidades y contradicciones de la vida en la ciudad.
La arquitectura y los espacios urbanos en La Habana en el cuento IV
La arquitectura y los espacios urbanos en La Habana son elementos fundamentales en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante. A través de la descripción detallada de las calles, edificios y plazas de la ciudad, el autor nos transporta a una época pasada y nos muestra la belleza y decadencia de la arquitectura colonial.
En el cuento, el personaje principal camina por las calles de La Habana Vieja y se detiene a observar los edificios antiguos, algunos de ellos en ruinas y otros restaurados. La descripción de los detalles arquitectónicos, como las columnas, los balcones y las molduras, nos permite imaginar la majestuosidad de estos edificios en su época de esplendor.
Además, el autor también nos muestra la importancia de los espacios urbanos en la vida de los habaneros. La Plaza de Armas, por ejemplo, es descrita como un lugar de encuentro y de intercambio cultural, donde se realizan ferias de libros y se presentan grupos de música y danza.
En resumen, la arquitectura y los espacios urbanos en La Habana son elementos clave en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante. A través de ellos, el autor nos muestra la riqueza cultural y la historia de la ciudad, así como su decadencia y abandono en la época en que se desarrolla la trama.
La música y el baile en La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, la música y el baile son elementos fundamentales que nos permiten adentrarnos en la atmósfera de La Habana de los años 50. A través de la descripción detallada de los ritmos y las melodías que inundan las calles de la ciudad, el autor nos transporta a un mundo de sensualidad y pasión que parece impregnar cada rincón de la urbe.
En este sentido, resulta especialmente interesante la forma en que Cabrera Infante utiliza la música y el baile para explorar las relaciones entre los personajes. En varias ocasiones, el autor nos muestra cómo el ritmo de la música y el movimiento del cuerpo se convierten en una especie de lenguaje universal que permite a los personajes comunicarse y conectarse de una manera más profunda.
Asimismo, la música y el baile también se convierten en una forma de resistencia y de afirmación de la identidad cultural cubana. En un contexto de creciente influencia estadounidense, la música y el baile tradicionales se convierten en una forma de reivindicar la propia cultura y de afirmar la propia identidad.
En definitiva, la música y el baile son elementos clave en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, permitiéndonos adentrarnos en la atmósfera de La Habana de los años 50 y explorar las relaciones entre los personajes, así como la identidad cultural cubana.
La comida y la bebida en La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, la comida y la bebida juegan un papel fundamental en la construcción de la atmósfera de La Habana. Desde el inicio del relato, el narrador describe con detalle los olores y sabores de la comida callejera que se vende en la ciudad. La presencia constante de la comida en la narración no solo sirve para crear una imagen vívida de la ciudad, sino que también refleja la importancia que tiene la comida en la cultura cubana.
Además, la bebida también es un elemento clave en el cuento. El narrador describe la variedad de bebidas alcohólicas que se pueden encontrar en los bares y cantinas de La Habana, desde el ron hasta el aguardiente. La bebida es una forma de escape para los personajes del cuento, que buscan olvidar sus problemas y disfrutar de la vida nocturna de la ciudad.
En resumen, la comida y la bebida son elementos esenciales en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante. A través de ellos, el autor logra crear una imagen detallada y realista de La Habana, y reflejar la importancia que tienen estos aspectos en la cultura cubana.
La religión y la superstición en La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, «La Habana para un infante difunto», se puede apreciar la presencia de la religión y la superstición en la vida cotidiana de los habaneros. La ciudad de La Habana es retratada como un lugar donde la religión católica y las creencias populares conviven en armonía, pero también como un espacio donde la superstición puede llegar a ser peligrosa.
En el cuento, el personaje principal, un niño que ha fallecido, es llevado a la iglesia para su funeral y posterior entierro. La descripción detallada de la ceremonia religiosa y las oraciones que se recitan muestran la importancia que tiene la religión en la vida de los habaneros. Sin embargo, también se hace referencia a la creencia popular de que los muertos pueden volver a la vida si no se les entierra correctamente, lo que demuestra la presencia de la superstición en la cultura cubana.
Además, el cuento presenta personajes que practican la santería, una religión afrocubana que combina elementos de la religión católica y las creencias africanas. La santería es vista como una práctica común en La Habana, y se mencionan rituales como la consulta con un babalawo (sacerdote de la santería) y la ofrenda de comida a los orishas (deidades de la santería).
En resumen, el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante muestra la presencia de la religión y la superstición en la vida cotidiana de los habaneros. La ciudad de La Habana es retratada como un lugar donde estas dos fuerzas conviven en armonía, pero también como un espacio donde la superstición puede llegar a ser peligrosa si se toma demasiado en serio.
La política y la revolución en La Habana en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La política y la revolución en La Habana», es una obra que explora la complejidad de la sociedad cubana en la década de 1960. A través de la historia de un joven que se une a la lucha revolucionaria, el autor muestra cómo la política y la revolución afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de La Habana.
En el cuento, se puede ver cómo la política se convierte en una fuerza omnipresente en la vida de los personajes. Desde la propaganda revolucionaria que se encuentra en todas partes hasta las reuniones políticas que se llevan a cabo en los hogares de los ciudadanos, la política está presente en cada aspecto de la vida en La Habana. Además, el autor muestra cómo la revolución ha cambiado la forma en que las personas interactúan entre sí, creando nuevas jerarquías y relaciones de poder.
A través del personaje principal, el autor también explora las tensiones entre la política y la vida personal. A medida que el joven se involucra más en la lucha revolucionaria, comienza a alejarse de su familia y amigos, y se enfrenta a decisiones difíciles sobre su lealtad a la revolución y a las personas que ama. Esta tensión entre la política y la vida personal es un tema recurrente en la obra de Cabrera Infante, y en este cuento lo explora de manera efectiva.
En resumen, «La política y la revolución en La Habana» es un cuento que ofrece una mirada profunda y compleja a la sociedad cubana en la década de 1960. A través de su exploración de la política y la revolución, el autor muestra cómo estas fuerzas afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de La Habana, y cómo las tensiones entre la política y la vida personal pueden ser difíciles de navegar.
La relación entre la vida nocturna y el día a día en La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, se puede apreciar la estrecha relación que existe entre la vida nocturna y el día a día en La Habana. El autor nos presenta una ciudad vibrante y llena de contrastes, donde la noche se convierte en el escenario perfecto para que los personajes se liberen de las restricciones sociales y culturales impuestas por el régimen político.
En este sentido, la vida nocturna se convierte en una especie de válvula de escape para los habaneros, quienes encuentran en los bares, clubes y cabarets un espacio para expresarse libremente y disfrutar de la música, el baile y el alcohol. Sin embargo, esta libertad también tiene un precio, ya que la noche se convierte en un mundo de excesos y peligros, donde la violencia y la delincuencia están siempre presentes.
Por otro lado, el día a día en La Habana se presenta como una realidad más sombría y opresiva, donde la falta de recursos y las restricciones políticas limitan la vida de los ciudadanos. En este contexto, la vida nocturna se convierte en una especie de oasis, donde los personajes pueden escapar de la realidad y encontrar un poco de felicidad y libertad.
En definitiva, el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante nos muestra la compleja relación entre la vida nocturna y el día a día en La Habana, donde la noche se convierte en un espacio de libertad y excesos, pero también de peligros y violencia, mientras que el día a día se presenta como una realidad más sombría y opresiva.
El contraste entre la riqueza y la pobreza en La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, «La Habana para un infante difunto», se puede apreciar el contraste entre la riqueza y la pobreza en la ciudad de La Habana. El autor nos presenta una ciudad dividida en dos mundos completamente diferentes, donde la opulencia y el lujo conviven con la miseria y la desesperanza.
Por un lado, tenemos la Habana de los ricos y poderosos, donde las mansiones coloniales y los lujosos hoteles son el reflejo de una sociedad que disfruta de todos los privilegios. En contraste, la Habana de los pobres es una ciudad llena de carencias, donde la falta de recursos y la precariedad son el pan de cada día.
El autor nos muestra cómo estos dos mundos se entrelazan y se complementan, pero también cómo se repelen y se excluyen mutuamente. En el cuento, el protagonista recorre las calles de La Habana y se encuentra con una ciudad que lo sorprende y lo desconcierta, donde la belleza y la fealdad se mezclan en un paisaje urbano que parece estar en constante cambio.
En definitiva, el contraste entre la riqueza y la pobreza en La Habana es uno de los temas centrales del cuento IV de Guillermo Cabrera Infante. A través de su prosa poética y evocadora, el autor nos invita a reflexionar sobre la complejidad de esta ciudad y sobre las desigualdades que la atraviesan.
Las referencias literarias y culturales en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», es una obra que está llena de referencias literarias y culturales que enriquecen la trama y la hacen aún más interesante. En este cuento, el autor hace uso de su vasto conocimiento de la literatura y la cultura cubana para crear una obra que es una verdadera joya literaria.
Una de las referencias literarias más destacadas en este cuento es la presencia de personajes de la novela «El siglo de las luces» de Alejo Carpentier. En el cuento, el protagonista se encuentra con personajes como Victor Hugues y Esteban, quienes son personajes importantes en la novela de Carpentier. Esta referencia literaria no solo enriquece la trama del cuento, sino que también es un homenaje al gran escritor cubano.
Otra referencia cultural importante en el cuento es la presencia de la música cubana. En varias ocasiones, el autor hace referencia a canciones y músicos cubanos, como Benny Moré y Celia Cruz. Estas referencias no solo son un homenaje a la música cubana, sino que también ayudan a crear una atmósfera auténtica y realista de La Habana.
En conclusión, las referencias literarias y culturales en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante son una parte fundamental de la obra. Estas referencias no solo enriquecen la trama y la hacen más interesante, sino que también son un homenaje a la literatura y la cultura cubana. Si eres un amante de la literatura y la cultura cubana, este cuento es una obra que no puedes dejar de leer.
El papel de la nostalgia en el cuento IV
La nostalgia es un tema recurrente en la literatura, y en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante no es la excepción. A través de la voz del narrador, el autor nos transporta a la Habana de los años 50, una ciudad vibrante y llena de vida que ya no existe. La nostalgia se convierte en un personaje más de la historia, que acompaña al protagonista en su recorrido por las calles de la ciudad y lo hace reflexionar sobre su pasado y su presente.
La nostalgia se presenta como una fuerza poderosa que nos hace añorar lo que ya no está, y que nos hace sentir una profunda tristeza por lo que hemos perdido. En el cuento IV, la nostalgia se manifiesta en la descripción detallada de los lugares que el protagonista visita, en la evocación de los recuerdos de su infancia y en la melancolía que siente al ver cómo la ciudad ha cambiado.
Pero la nostalgia también tiene un lado positivo, ya que nos permite recordar momentos felices y nos ayuda a mantener vivas las emociones y los sentimientos que experimentamos en el pasado. En el cuento IV, la nostalgia se convierte en una forma de resistencia ante el cambio y la pérdida, y en una manera de mantener viva la memoria de una ciudad que ya no existe.
En definitiva, la nostalgia juega un papel fundamental en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, y nos invita a reflexionar sobre la importancia de recordar nuestro pasado y de mantener vivas las emociones y los sentimientos que experimentamos en él.
La relación entre el autor y La Habana en el cuento IV
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, la ciudad de La Habana se convierte en un personaje más de la historia. El autor establece una relación íntima con la ciudad, que se refleja en la descripción detallada de sus calles, edificios y personajes. La Habana es presentada como una ciudad vibrante y llena de vida, pero también como una ciudad en decadencia, marcada por la pobreza y la corrupción. A través de la mirada del autor, La Habana se convierte en un escenario complejo y contradictorio, que refleja las tensiones y contradicciones de la sociedad cubana de la época. En este sentido, la relación entre el autor y La Habana en el cuento IV es fundamental para entender la obra en su conjunto, ya que la ciudad se convierte en un elemento clave para la construcción de la trama y el desarrollo de los personajes.
La importancia de La Habana como centro cultural en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», es una obra que destaca la importancia de la capital cubana como centro cultural. A través de la narración, el autor nos lleva por un recorrido por los lugares más emblemáticos de la ciudad, como el Malecón, el Capitolio y el Parque Central, y nos muestra cómo estos espacios han sido testigos de la historia y la cultura de Cuba.
En el cuento, La Habana es presentada como una ciudad llena de vida y de contrastes, donde conviven la riqueza y la pobreza, la modernidad y la tradición. Pero más allá de su belleza arquitectónica y su rica historia, La Habana es un lugar donde la cultura se respira en cada esquina. Desde la música y la danza hasta la literatura y el cine, la ciudad ha sido cuna de grandes artistas y ha sido escenario de importantes eventos culturales.
En este sentido, el cuento IV de Cabrera Infante es una invitación a explorar La Habana desde una perspectiva cultural. A través de la narración, el autor nos muestra cómo la ciudad ha sido fuente de inspiración para muchos artistas y cómo ha sido capaz de influir en la cultura cubana y en la cultura mundial. En definitiva, el cuento nos invita a descubrir la importancia de La Habana como centro cultural y a valorar su legado cultural.
La crítica social en el cuento IV a través de La Habana
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, incluido en su obra «La Habana para un infante difunto», es una crítica social mordaz y despiadada de la sociedad cubana de la época. A través de la historia de un hombre que busca desesperadamente un lugar para pasar la noche en la ciudad, el autor expone las desigualdades y la corrupción que imperan en la sociedad cubana.
En el cuento, el protagonista se encuentra con una serie de personajes que representan diferentes estratos sociales y que, en su mayoría, están dispuestos a aprovecharse de él. Desde el policía que le pide un soborno para dejarlo en paz hasta el dueño de un hotel que le cobra una tarifa exorbitante por una habitación miserable, el protagonista se enfrenta a una serie de obstáculos que reflejan la falta de ética y la falta de humanidad de muchos habitantes de La Habana.
Pero el cuento no se limita a exponer las injusticias de la sociedad cubana. También muestra la resistencia y la dignidad de aquellos que se niegan a aceptar la situación actual. El protagonista encuentra refugio en un barrio pobre donde la gente se ayuda mutuamente y se solidariza con los que sufren. A través de estos personajes, Cabrera Infante muestra que la verdadera esperanza para Cuba reside en la solidaridad y la empatía entre las personas.
En resumen, el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante es una crítica social contundente de la sociedad cubana de la época. A través de una serie de personajes y situaciones, el autor expone las desigualdades y la corrupción que imperan en la ciudad de La Habana. Pero también muestra la resistencia y la dignidad de aquellos que se niegan a aceptar la situación actual. Es un cuento que invita a la reflexión y que sigue siendo relevante en la actualidad.
La relación entre la realidad y la ficción en el cuento IV a través de La Habana
En el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, La Habana se convierte en un personaje más de la historia. A través de la descripción detallada de los lugares y las calles de la ciudad, el autor logra crear una atmósfera única que transporta al lector a la Cuba de los años 50. Sin embargo, la línea entre la realidad y la ficción se difumina en este relato, ya que muchos de los personajes y situaciones que se presentan son una mezcla de ambos elementos.
Por un lado, el autor utiliza elementos reales de la ciudad, como la famosa calle Galiano o el barrio de Vedado, para darle autenticidad a la historia. Pero por otro lado, también introduce personajes ficticios como el protagonista, un escritor que se encuentra en la ciudad para investigar sobre la vida de José Martí. Además, la trama se desarrolla en un contexto histórico real, con referencias a la Revolución cubana y la figura de Fidel Castro.
Esta mezcla de realidad y ficción crea una sensación de ambigüedad en el lector, que no sabe exactamente qué elementos son verdaderos y cuáles son inventados por el autor. Sin embargo, esta técnica narrativa permite a Cabrera Infante explorar temas profundos como la identidad nacional y la relación entre la cultura cubana y la literatura. En definitiva, La Habana se convierte en un escenario perfecto para explorar la compleja relación entre la realidad y la ficción en la literatura.
La evolución de La Habana a lo largo del cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», es una obra literaria que nos permite explorar la evolución de la ciudad de La Habana a lo largo del tiempo. A través de la narración, el autor nos lleva por un recorrido histórico y cultural de la ciudad, desde sus orígenes hasta la época contemporánea.
En el cuento, se pueden apreciar los cambios que ha sufrido La Habana a lo largo de los años, desde la época colonial hasta la Revolución cubana. El autor nos muestra cómo la ciudad ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos, como la llegada de los españoles, la esclavitud, la independencia y la lucha revolucionaria.
Además, el cuento también nos permite conocer la evolución de la cultura y la sociedad habanera. A través de los personajes y las situaciones que se presentan en la narración, podemos ver cómo la ciudad ha sido influenciada por diferentes corrientes culturales y cómo ha evolucionado en términos de igualdad social y derechos humanos.
En definitiva, «La Habana para un infante difunto» es una obra literaria que nos permite explorar la evolución de La Habana a lo largo del tiempo y conocer la historia y la cultura de esta ciudad tan emblemática.
La importancia de La Habana como escenario en el cuento IV
El cuento IV de Guillermo Cabrera Infante, titulado «La Habana para un infante difunto», es una obra maestra que explora la ciudad de La Habana como un personaje en sí misma. La ciudad es descrita con una precisión y un amor por los detalles que solo un verdadero habanero podría tener. Desde las calles empedradas del Viejo La Habana hasta los barrios más modernos, Cabrera Infante nos lleva en un viaje por la ciudad que es tan emocionante como nostálgico.
La importancia de La Habana como escenario en este cuento es fundamental. La ciudad es el telón de fondo perfecto para la historia de un hombre que regresa a su ciudad natal después de muchos años de ausencia. La Habana es el lugar donde el personaje principal, un escritor llamado Guillermo, creció y se enamoró por primera vez. Es el lugar donde vivió su juventud y donde se formó como escritor. La ciudad es un personaje más en la historia, y su presencia se siente en cada página.
Cabrera Infante utiliza la ciudad de La Habana para explorar temas como la nostalgia, la pérdida y el paso del tiempo. La ciudad es un recordatorio constante de lo que ha cambiado y lo que ha permanecido igual. A través de la descripción de los edificios, las calles y los barrios, el autor nos muestra cómo la ciudad ha evolucionado y cómo ha mantenido su esencia a pesar de los cambios.
En resumen, La Habana es un personaje fundamental en el cuento IV de Guillermo Cabrera Infante. La ciudad es descrita con una precisión y un amor por los detalles que solo un verdadero habanero podría tener. La presencia de la ciudad se siente en cada página, y su importancia como escenario es fundamental para la historia que se cuenta.