Explorando El Gran Gatsby: Análisis literario detallado con edición anotada y comentarios de F. Scott Fitzgerald

  F. Scott Fitzgerald

El Gran Gatsby es una de las obras más icónicas de la literatura estadounidense, escrita por F. Scott Fitzgerald en 1925. Esta novela ha sido objeto de numerosos análisis y críticas literarias a lo largo de los años. En este artículo se explorará detalladamente El Gran Gatsby, con una edición anotada y comentarios del autor, con el objetivo de profundizar en los temas, personajes y simbolismos presentes en la obra.

La vida de F. Scott Fitzgerald y su influencia en El Gran Gatsby

F. Scott Fitzgerald es uno de los escritores más icónicos de la literatura estadounidense del siglo XX. Nacido en 1896 en St. Paul, Minnesota, Fitzgerald se convirtió en un escritor prolífico y reconocido por su estilo de escritura único y su capacidad para capturar la esencia de la época de la década de 1920 en Estados Unidos.

El Gran Gatsby, publicado en 1925, es una de las obras más famosas de Fitzgerald y ha sido considerada como una de las mejores novelas de la literatura estadounidense. La novela es una crítica social de la época de la década de 1920 en Estados Unidos, y explora temas como la riqueza, la corrupción y la decadencia moral.

La vida de Fitzgerald tuvo una gran influencia en la creación de El Gran Gatsby. Fitzgerald era conocido por su estilo de vida extravagante y su amor por la fiesta y el alcohol. Al igual que el personaje principal de la novela, Jay Gatsby, Fitzgerald también se enamoró de una mujer rica y poderosa, Zelda Sayre, quien se convirtió en su esposa.

La relación tumultuosa entre Fitzgerald y Zelda se refleja en la relación entre Gatsby y Daisy en la novela. Además, la obsesión de Gatsby por la riqueza y el estatus social también se puede ver como una crítica a la sociedad estadounidense de la época, que valoraba la riqueza y el éxito por encima de todo.

En resumen, la vida de F. Scott Fitzgerald y sus experiencias personales tuvieron una gran influencia en la creación de El Gran Gatsby. La novela es una crítica social de la época de la década de 1920 en Estados Unidos y explora temas como la riqueza, la corrupción y la decadencia moral. La obra sigue siendo relevante hoy en día y es considerada como una de las mejores novelas de la literatura estadounidense.

El contexto histórico y social de la novela

El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald es una novela que se desarrolla en la década de 1920, una época conocida como la Era del Jazz o la Era del Prohibicionismo. Durante este período, Estados Unidos experimentó un gran cambio social y cultural, con la aparición de nuevas formas de entretenimiento, como el cine y la radio, y una mayor libertad para las mujeres. Sin embargo, también fue una época de desigualdad económica, con una gran brecha entre los ricos y los pobres, y un aumento en la corrupción y el crimen organizado debido a la prohibición del alcohol.

La novela de Fitzgerald refleja estos cambios y contradicciones de la época, a través de la historia de Jay Gatsby, un hombre rico y misterioso que organiza grandes fiestas en su mansión de Long Island. A través de los ojos del narrador, Nick Carraway, el lector es testigo de la decadencia de la alta sociedad de Nueva York, y de la obsesión de Gatsby por recuperar a su antiguo amor, Daisy Buchanan.

Además de su contexto histórico y social, El Gran Gatsby también es una obra que explora temas universales como el amor, la ambición, la corrupción y la búsqueda de la felicidad. A través de su estilo poético y su prosa elegante, Fitzgerald crea una obra maestra que sigue siendo relevante y conmovedora hoy en día.

La estructura narrativa de El Gran Gatsby

La estructura narrativa de El Gran Gatsby es una de las características más destacadas de la novela. Fitzgerald utiliza una técnica narrativa compleja y sofisticada para contar la historia de Jay Gatsby y su obsesión por Daisy Buchanan. La novela está dividida en tres partes, cada una de las cuales tiene un propósito específico en la trama.

La primera parte de la novela establece el escenario y presenta a los personajes principales. Nick Carraway, el narrador de la historia, nos presenta a Jay Gatsby, un hombre misterioso y enigmático que se ha hecho rico de manera misteriosa. También conocemos a Daisy Buchanan, la mujer que Gatsby ha estado obsesionado durante años. Fitzgerald utiliza esta primera parte para establecer el tono de la novela y presentar los temas principales que se explorarán a lo largo de la historia.

La segunda parte de la novela es el clímax de la trama. Gatsby y Daisy se reúnen después de años de separación y comienzan una relación. Sin embargo, su felicidad es efímera y la tensión comienza a aumentar a medida que se acerca el desenlace de la historia. Fitzgerald utiliza esta parte de la novela para explorar temas como la corrupción, la decadencia y la desilusión.

La tercera y última parte de la novela es el desenlace de la historia. Gatsby muere trágicamente y Daisy y Tom Buchanan se van de Nueva York. Nick Carraway reflexiona sobre la vida de Gatsby y su propia experiencia en Nueva York. Fitzgerald utiliza esta parte de la novela para cerrar la trama y explorar temas como la soledad, la muerte y la búsqueda del sueño americano.

En resumen, la estructura narrativa de El Gran Gatsby es una de las características más destacadas de la novela. Fitzgerald utiliza una técnica narrativa compleja y sofisticada para contar la historia de Jay Gatsby y su obsesión por Daisy Buchanan. La novela está dividida en tres partes, cada una de las cuales tiene un propósito específico en la trama.

Los personajes principales de la novela: análisis y evolución

Uno de los personajes principales de El Gran Gatsby es Jay Gatsby, un hombre misterioso y enigmático que se ha hecho a sí mismo a través de actividades ilegales. A lo largo de la novela, se revela que Gatsby está obsesionado con su pasado y con su amor de juventud, Daisy Buchanan. A pesar de su riqueza y su éxito, Gatsby se siente incompleto sin Daisy y hará todo lo posible para recuperarla.

A medida que la trama avanza, se puede ver la evolución de Gatsby. Al principio, se presenta como un hombre frío y calculador, pero a medida que se revela más sobre su pasado y sus motivaciones, se vuelve más humano y vulnerable. Su amor por Daisy lo lleva a tomar decisiones arriesgadas y a veces peligrosas, pero también lo hace más comprensible para el lector.

En última instancia, la evolución de Gatsby es trágica. A pesar de sus esfuerzos por recuperar a Daisy, ella lo traiciona y él muere solo y sin amigos. Sin embargo, su personaje sigue siendo uno de los más fascinantes y complejos de la literatura estadounidense, y su historia sigue siendo relevante hoy en día.

El simbolismo en El Gran Gatsby

El Gran Gatsby es una obra maestra de la literatura estadounidense que ha sido objeto de numerosos análisis y estudios críticos. Una de las características más destacadas de la novela es su uso del simbolismo para transmitir ideas y temas importantes. A lo largo de la obra, Fitzgerald utiliza una variedad de símbolos para representar conceptos como la decadencia de la sociedad, la corrupción del sueño americano y la búsqueda de la felicidad. Uno de los símbolos más notables es el de la luz verde en el extremo del muelle de Daisy, que representa el sueño de Gatsby de estar con ella y su deseo de alcanzar la felicidad. Otro símbolo importante es el de los ojos de Doctor T.J. Eckleburg, que simbolizan la falta de moralidad y la corrupción en la sociedad. A través de estos y otros símbolos, Fitzgerald crea una obra rica en significado y profundidad, que sigue siendo relevante y conmovedora hoy en día.

La importancia del dinero y la clase social en la novela

En la novela El Gran Gatsby, el dinero y la clase social son temas recurrentes que se entrelazan en la trama y en la construcción de los personajes. Fitzgerald retrata la sociedad de la época de los años 20 en Estados Unidos, donde la riqueza y el estatus social eran sinónimo de éxito y poder.

El personaje principal, Jay Gatsby, es un ejemplo claro de cómo el dinero puede influir en la vida de una persona. Gatsby, quien proviene de una familia humilde, logra amasar una gran fortuna gracias a actividades ilegales y a su habilidad para hacer negocios. Sin embargo, a pesar de su riqueza, Gatsby nunca logra ser aceptado por la alta sociedad de Nueva York, quienes lo ven como un advenedizo sin educación ni clase.

Por otro lado, el personaje de Tom Buchanan representa la clase social privilegiada, aquellos que nacieron en cuna de oro y que tienen acceso a todas las comodidades y lujos que el dinero puede comprar. Tom, quien está casado con Daisy, el amor de juventud de Gatsby, utiliza su estatus social para mantener su posición de poder y controlar a las personas a su alrededor.

En resumen, El Gran Gatsby es una novela que explora la importancia del dinero y la clase social en la sociedad estadounidense de los años 20. Fitzgerald muestra cómo el dinero puede abrir puertas y brindar oportunidades, pero también cómo puede ser una fuente de corrupción y desigualdad. Además, la novela nos recuerda que la verdadera riqueza no se encuentra en el dinero, sino en las relaciones humanas y en la capacidad de amar y ser amado.

El amor y las relaciones en El Gran Gatsby

El amor y las relaciones en El Gran Gatsby son un tema recurrente en la novela de F. Scott Fitzgerald. La historia se desarrolla en la década de 1920, una época de cambios sociales y culturales en Estados Unidos. En este contexto, el amor y las relaciones se ven influenciados por la riqueza, el poder y la superficialidad de la sociedad de la época.

El personaje principal, Jay Gatsby, está obsesionado con el amor de su vida, Daisy Buchanan. Su amor por ella es tan fuerte que ha construido toda su vida alrededor de la idea de recuperarla. Sin embargo, su relación es complicada por la diferencia de clases sociales y la presencia de Tom Buchanan, el esposo de Daisy.

Por otro lado, la relación entre Tom y Daisy es disfuncional y superficial. A pesar de estar casados, ambos tienen aventuras amorosas con otras personas. Tom es infiel con Myrtle Wilson, una mujer de clase trabajadora, mientras que Daisy tiene una aventura con Gatsby.

En resumen, el amor y las relaciones en El Gran Gatsby son complejos y están influenciados por la riqueza, el poder y la superficialidad de la sociedad de la época. Fitzgerald utiliza estos temas para explorar la naturaleza humana y la fragilidad de las relaciones amorosas.

La crítica al sueño americano en la novela

La novela El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald es una crítica al sueño americano, un ideal que promueve la idea de que cualquier persona puede alcanzar la riqueza y la felicidad a través del trabajo duro y la determinación. A lo largo de la novela, Fitzgerald muestra cómo este ideal es una ilusión y cómo la búsqueda obsesiva de la riqueza y el estatus social puede llevar a la corrupción y la degradación moral. El personaje principal, Jay Gatsby, es un ejemplo de esta obsesión, ya que ha construido su fortuna a través de medios ilegales y está dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a su amor de la infancia, Daisy Buchanan. Fitzgerald utiliza la narrativa para mostrar cómo la búsqueda del sueño americano puede llevar a la desesperación y la tragedia, y cómo la verdadera felicidad no se encuentra en la riqueza y el estatus, sino en las relaciones humanas y la autenticidad. En resumen, El Gran Gatsby es una crítica mordaz al sueño americano y una advertencia sobre los peligros de perseguir la riqueza y el estatus a cualquier costo.

El estilo literario de F. Scott Fitzgerald en El Gran Gatsby

El estilo literario de F. Scott Fitzgerald en El Gran Gatsby es uno de los aspectos más destacados de la novela. Fitzgerald utiliza una prosa elegante y sofisticada para crear una atmósfera de glamour y decadencia en la Nueva York de los años 20. Su estilo es rico en detalles y metáforas, lo que le permite crear imágenes vívidas y evocadoras que transportan al lector a la época de la historia. Además, Fitzgerald utiliza una técnica narrativa innovadora, en la que el narrador es un personaje secundario que observa los eventos desde una perspectiva limitada. Esta técnica le permite al autor crear una sensación de misterio y ambigüedad en la trama, lo que hace que la novela sea aún más intrigante. En resumen, el estilo literario de Fitzgerald en El Gran Gatsby es una obra maestra de la prosa elegante y sofisticada, que ha dejado una huella indeleble en la literatura estadounidense.

La recepción crítica de El Gran Gatsby a lo largo del tiempo

Desde su publicación en 1925, El Gran Gatsby ha sido objeto de una amplia gama de críticas literarias. Algunos críticos han elogiado la novela por su estilo elegante y su retrato vívido de la era del jazz, mientras que otros han criticado su falta de profundidad y su enfoque en la superficialidad de la sociedad de la época.

En su momento, la novela no fue un gran éxito comercial, pero ha ganado un estatus de culto en las décadas siguientes. En la década de 1940, la novela fue redescubierta por los críticos literarios y se convirtió en un elemento básico de la educación secundaria y universitaria. En la década de 1950, la novela fue adaptada al cine y se convirtió en un clásico del cine negro.

En las últimas décadas, la novela ha sido objeto de una serie de nuevas interpretaciones críticas. Algunos críticos han argumentado que la novela es una crítica de la sociedad estadounidense de la época, mientras que otros han argumentado que es una reflexión sobre la naturaleza del sueño americano.

En cualquier caso, El Gran Gatsby sigue siendo una de las novelas más influyentes y discutidas de la literatura estadounidense. Con su estilo elegante y su retrato vívido de la era del jazz, la novela sigue siendo una obra maestra de la literatura moderna.

Las adaptaciones cinematográficas de El Gran Gatsby

Las adaptaciones cinematográficas de El Gran Gatsby han sido numerosas a lo largo de los años, pero ninguna ha logrado capturar completamente la esencia de la novela de F. Scott Fitzgerald. La primera adaptación fue en 1926, dirigida por Herbert Brenon y protagonizada por Warner Baxter como Jay Gatsby. A pesar de ser una de las primeras películas sonoras, la adaptación no logró capturar la complejidad de los personajes y la trama de la novela.

La adaptación más conocida es la de 1974, dirigida por Jack Clayton y protagonizada por Robert Redford como Gatsby y Mia Farrow como Daisy Buchanan. Aunque la película fue un éxito de taquilla, muchos críticos sintieron que la adaptación no logró capturar la verdadera esencia de la novela. La película se centró demasiado en el romance entre Gatsby y Daisy, dejando de lado la crítica social y política que Fitzgerald había tejido en su obra.

La adaptación más reciente fue en 2013, dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Leonardo DiCaprio como Gatsby y Carey Mulligan como Daisy. La película fue un éxito de taquilla, pero recibió críticas mixtas. Algunos críticos sintieron que la película era demasiado extravagante y se centraba demasiado en el estilo en lugar del contenido.

En resumen, las adaptaciones cinematográficas de El Gran Gatsby han sido numerosas, pero ninguna ha logrado capturar completamente la esencia de la novela. Cada adaptación ha tenido sus propios méritos y defectos, pero ninguna ha logrado capturar la complejidad de los personajes y la trama de la novela de Fitzgerald.

Las referencias culturales en la novela

En El Gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald hace uso de numerosas referencias culturales para enriquecer su obra y darle un contexto histórico y social más amplio. Una de las referencias más destacadas es la música, que se convierte en un elemento clave para entender la época en la que se desarrolla la novela. Fitzgerald hace referencia a numerosos artistas y canciones populares de la década de 1920, como «Ain’t Misbehavin'» de Fats Waller o «The Sheik of Araby» de Ted Snyder, que ayudan a situar al lector en la época y a entender la mentalidad de los personajes. Además, la música también se utiliza como un recurso narrativo para crear ambientes y estados de ánimo, como en la famosa escena de la fiesta en la mansión de Gatsby, donde la música y el baile son los protagonistas. En definitiva, las referencias culturales en El Gran Gatsby son una muestra más del talento de Fitzgerald para crear una obra literaria compleja y rica en matices.

El papel de la música en El Gran Gatsby

La música juega un papel fundamental en la novela El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. Desde el inicio de la historia, la música es utilizada para establecer el ambiente y el estado de ánimo de las escenas. En la primera fiesta que Gatsby organiza, la música es descrita como «una orquesta de jazz de siete piezas que comenzó a tocar una melodía sincopada y alegre» (Fitzgerald, 41). Esta música animada y enérgica refleja el ambiente festivo y la emoción que se siente en la fiesta.

Además, la música también se utiliza para representar la personalidad y el carácter de los personajes. Por ejemplo, la música que toca el pianista en la casa de Tom y Daisy Buchanan es descrita como «una música suave y melancólica que parecía reflejar la tristeza y la soledad de los personajes» (Fitzgerald, 17). Esta música triste y melancólica refleja la infelicidad y la insatisfacción que sienten Tom y Daisy en su matrimonio.

En resumen, la música es una herramienta importante en la novela El Gran Gatsby para establecer el ambiente y el estado de ánimo de las escenas, así como para representar la personalidad y el carácter de los personajes. Fitzgerald utiliza la música de manera efectiva para crear una atmósfera emocional y para profundizar en la psicología de sus personajes.

La importancia de los colores en la novela

Los colores son una herramienta poderosa en la literatura, y en la novela El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, no son la excepción. A lo largo de la obra, los colores se utilizan para simbolizar diferentes aspectos de la vida de los personajes y del mundo en el que viven. Por ejemplo, el verde representa la esperanza y la ilusión, mientras que el amarillo simboliza la corrupción y la decadencia.

Uno de los colores más importantes en la novela es el verde. Este color se asocia con la esperanza y la ilusión, y se utiliza para representar el sueño americano que persigue Jay Gatsby. El verde aparece en la novela en diferentes formas, como en la luz verde que brilla en el muelle de Daisy, que representa la esperanza de Gatsby de estar con ella de nuevo. También se menciona el «verde fresco» de la hierba en la mansión de Gatsby, que simboliza la riqueza y la opulencia que ha logrado.

Por otro lado, el amarillo es un color que se utiliza para representar la corrupción y la decadencia. En la novela, el amarillo aparece en la forma de los ojos de T.J. Eckleburg, que simbolizan la falta de moralidad y la corrupción en la sociedad. También se menciona el «amarillo descolorido» de la ropa de Gatsby, que representa su falsedad y su falta de autenticidad.

En conclusión, los colores son una herramienta importante en la novela El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. A través de ellos, se pueden simbolizar diferentes aspectos de la vida de los personajes y del mundo en el que viven. El verde representa la esperanza y la ilusión, mientras que el amarillo simboliza la corrupción y la decadencia. Estos colores ayudan a crear una atmósfera única en la novela y a transmitir los temas y mensajes que Fitzgerald quería comunicar.

La relación entre el autor y su obra: ¿es El Gran Gatsby una autobiografía encubierta?

La relación entre el autor y su obra es un tema recurrente en la literatura y, en el caso de F. Scott Fitzgerald, no es la excepción. Muchos críticos literarios han especulado sobre si El Gran Gatsby es una autobiografía encubierta del autor. Aunque Fitzgerald siempre negó que la novela fuera autobiográfica, es difícil no encontrar similitudes entre su vida y la de su personaje principal, Jay Gatsby.

Al igual que Gatsby, Fitzgerald también era un hombre rico que se enamoró de una mujer inalcanzable. En su caso, fue Zelda Sayre, quien se convirtió en su esposa y musa. Además, al igual que Gatsby, Fitzgerald también se vio envuelto en el mundo del alcohol y las fiestas extravagantes de la alta sociedad de la década de 1920.

Sin embargo, a pesar de estas similitudes, Fitzgerald siempre afirmó que Gatsby era un personaje ficticio y que la novela no era autobiográfica. En cambio, argumentó que la historia era una crítica a la sociedad estadounidense de la época y una reflexión sobre la naturaleza del sueño americano.

En conclusión, aunque es tentador ver El Gran Gatsby como una autobiografía encubierta de F. Scott Fitzgerald, es importante recordar que la novela es una obra de ficción y que el autor siempre negó que fuera autobiográfica. En cambio, la novela debe ser vista como una crítica social y una reflexión sobre la naturaleza del sueño americano.

El Gran Gatsby como crítica a la sociedad de la época

El Gran Gatsby es una obra literaria que ha sido ampliamente estudiada y analizada por su crítica a la sociedad de la época. F. Scott Fitzgerald, el autor de la novela, utiliza la historia de Jay Gatsby y su obsesión por Daisy Buchanan para mostrar la corrupción y la decadencia de la alta sociedad estadounidense de los años 20.

En la novela, Fitzgerald retrata a los personajes de la alta sociedad como seres superficiales y egoístas, obsesionados con el dinero, el estatus y el poder. Gatsby, el protagonista de la historia, es un hombre que ha logrado acumular una gran fortuna a través de medios ilegales, pero que sigue siendo rechazado por la sociedad debido a su origen humilde. Esta situación refleja la falta de movilidad social en la época y la importancia que se le daba al linaje y la riqueza heredada.

Además, Fitzgerald también critica la falta de valores y moralidad en la sociedad de la época. Los personajes de la novela se entregan a la fiesta, el alcohol y el sexo sin ningún tipo de remordimiento o consecuencia. La figura de Daisy Buchanan, en particular, representa la frivolidad y la falta de compromiso en las relaciones amorosas.

En resumen, El Gran Gatsby es una obra literaria que utiliza la historia de amor entre Gatsby y Daisy para mostrar la corrupción y la decadencia de la alta sociedad estadounidense de los años 20. Fitzgerald critica la superficialidad, la falta de valores y la falta de movilidad social en la sociedad de la época, lo que hace que la novela sea una crítica mordaz y atemporal de la sociedad humana en general.

La muerte como elemento recurrente en la novela

La muerte es un tema recurrente en la novela El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. Desde el comienzo de la historia, se hace referencia a la muerte de James Gatz, el hombre que se convertiría en Jay Gatsby. La muerte de Gatsby es el clímax de la novela y es el resultado de su obsesión por Daisy Buchanan. La muerte también está presente en la forma en que los personajes viven sus vidas. La mayoría de ellos están obsesionados con el dinero y el estatus social, lo que los lleva a vivir vidas vacías y sin sentido. La muerte es una forma de escape para ellos, una forma de escapar de la vida que han creado para sí mismos. En última instancia, la muerte es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de vivir cada momento al máximo.

El Gran Gatsby como novela de la decadencia

El Gran Gatsby es una novela que se ha convertido en un clásico de la literatura estadounidense, y es considerada por muchos como una obra maestra de la decadencia. La novela de F. Scott Fitzgerald es una crítica a la sociedad de la época, que se caracterizaba por el exceso y la superficialidad. A través de la historia de Jay Gatsby, un hombre que busca desesperadamente recuperar a su amor de la juventud, Daisy Buchanan, Fitzgerald nos muestra la vacuidad de la vida de la alta sociedad de los años 20. La novela es un retrato de una época en la que la riqueza y el poder eran los valores más importantes, y en la que la moralidad y la ética eran ignoradas en favor de la diversión y el entretenimiento. En El Gran Gatsby, Fitzgerald nos muestra cómo la decadencia de la sociedad estadounidense de la época llevó a la caída de muchos de sus personajes, incluyendo al propio Gatsby. La novela es una reflexión sobre la naturaleza humana y la fragilidad de la vida, y es una obra que sigue siendo relevante hoy en día.

Las influencias literarias en El Gran Gatsby

El Gran Gatsby es una obra maestra de la literatura estadounidense que ha sido objeto de numerosos análisis y críticas. Una de las razones por las que esta novela ha sido tan influyente es por las diversas influencias literarias que se pueden encontrar en ella. F. Scott Fitzgerald, el autor de la novela, fue un gran admirador de la literatura europea y, en particular, de la obra de los escritores franceses del siglo XIX, como Gustave Flaubert y Émile Zola.

De hecho, se puede ver la influencia de Flaubert en la forma en que Fitzgerald describe a los personajes de El Gran Gatsby. Al igual que Flaubert, Fitzgerald se enfoca en la psicología de sus personajes y en cómo sus acciones y pensamientos los llevan a su destino final. Además, la descripción detallada de los escenarios y la atención al detalle en la narración también son características que comparten ambos autores.

Otra influencia literaria que se puede encontrar en El Gran Gatsby es la obra de Joseph Conrad, en particular su novela Heart of Darkness. Al igual que Conrad, Fitzgerald utiliza la figura del narrador para explorar temas como la corrupción, la decadencia y la búsqueda del sueño americano. Además, la forma en que Fitzgerald utiliza la luz y la oscuridad en la novela también es reminiscente de la obra de Conrad.

En resumen, las influencias literarias en El Gran Gatsby son numerosas y variadas. Desde la literatura francesa del siglo XIX hasta la obra de Joseph Conrad, Fitzgerald utilizó una amplia gama de influencias para crear una novela que sigue siendo relevante y emocionante hoy en día.

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